ANILLOS DE COMPROMISO DE RODIO

Cuando se trata de elegir el material para el anillo de compromiso, el metal desempeña un papel crucial, tanto en términos de estilo como de durabilidad. Es importante seleccionar un metal que complemente el diseño y las piedras del anillo, asegurando que perdure en el tiempo sin comprometer su estética o integridad estructural. En este sentido, el rodio surge como una alternativa destacada para los anillos de compromiso y bodas, ofreciendo una opción más a considerar.

¿Qué es el Rodio?

El Rodio, perteneciente a la familia del platino, se distingue por su excepcional rareza, escasez y elevado costo. Reconocido por su notable dureza y resistencia, este metal es altamente valorado en la industria de la joyería de lujo debido a su capacidad para resistir la oxidación, similar al paladio o al platino. 

 Comúnmente, el rodio se utiliza en forma de recubrimiento sobre otros metales como la plata o el oro blanco, ya que producir piezas completamente fabricadas con rodio resultaría prohibitivamente costoso.

Los baños de Rodio

El baño de rodio implica sumergir la joya en una solución química con rodio diluido, creando una capa de este metal sobre su superficie. Consta de dos etapas: primero un baño en platino para brindarle claridad y dureza, seguido por el baño de rodio para finalizar la pieza en óptimas condiciones. Este proceso requiere ventilación debido al uso de productos químicos potentes.

La duración del baño de rodio varía según la pieza y su uso. Por ejemplo, un anillo puede desgastarse más rápido que unos pendientes debido al roce constante. En promedio, el baño de rodio dura alrededor de un año. 

Por otro lado, para cuidar las joyas con un baño de rodio y prolongar su duración, es importante evitar el contacto con superficies abrasivas. Se recomienda quitarse el anillo al aplicar cremas, evitar el contacto con el agua siempre que sea posible y, si es necesario, retirarlo durante actividades que puedan desgastarlo.

Características del Rodio

Este metal, es más costoso que la plata, el oro e incluso el platino, aporta un color metálico y brillo a la joya, evitando el oscurecimiento de la plata gracias a su resistencia a la oxidación. 

Por otro lado, su dureza y resistencia hacen que la joya sea más duradera y resistente a golpes y arañazos.