PENDIENTES PARA NOVIA
PENDIENTES PARA NOVIA
Arracadas:
Estos aretes son un clásico, pues nunca pasan de moda. Son perfectos para las novias aficionadas a un estilo atemporal y que eligen un peinado elegante. Comúnmente, están confeccionados en oro albo o plata, y en sus diseños se aprecian engastes de brillantes o con perlas. Aunque existen diferencias en su dimensión, tienden a ser diminutos y en relación a su grosor, pueden ser sutiles o exhibir una mayor amplitud.
Aros:
Los aros evocan similitudes con las arracadas, pero su esencia radica en su círculo inalterable. Además, su delicadeza los distingue, ya que suelen tener un aspecto más delgado.
De gota:
Este diseño emula la sutileza de una lágrima, tanto en su forma como en su tonalidad. Los pendientes en forma de lágrima se presentan en oro y plata, adornados con incrustaciones de diamantes, gemas preciosas o perlas. Brillan con esplendor junto a cualquier peinado nupcial, pues se encuentran disponibles en diversas dimensiones, desde pequeñas joyas hasta delicados cascabeles que acarician suavemente el mentón.
Con un diseño delicado y tamaño cautivador, los broqueles se caracterizan por ser pequeños e ir pegados a las orejas. Es habitual encontrarlos en una única joya, ya sea con el destello de un diamante o la suave esencia de una perla.
Largos:
Los aretes largos, tienen innumerables diseños que alimentan la imaginación con sus combinaciones de materiales, longitudes y formas. Al ser una joya para las novias, su esencia se funde en oro blanco o plata, engalanados con destellos de diamantes y la delicadeza de las perlas. Sus presentaciones clásicas nos cautivan con estilo lámpara y una sutileza minimalista, acompañadas por una cadena discreta que culmina en una perla radiante. Son perfectos para los vestidos de novia de corte princesa.
Pequeños:
Los aretes más pequeños, tienen un diseño discreto, donde florece la temática floral en tonalidades perladas, blancas o rosadas. Al igual que los broqueles, están pegados a la oreja, superando la modestia de los broqueles, y despliegan una encantadora variedad de formas y adornos.
Arracadas:
Estos aretes son un clásico, pues nunca pasan de moda. Son perfectos para las novias aficionadas a un estilo atemporal y que eligen un peinado elegante. Comúnmente, están confeccionados en oro albo o plata, y en sus diseños se aprecian engastes de brillantes o con perlas. Aunque existen diferencias en su dimensión, tienden a ser diminutos y en relación a su grosor, pueden ser sutiles o exhibir una mayor amplitud.
Aros:
Los aros evocan similitudes con las arracadas, pero su esencia radica en su círculo inalterable. Además, su delicadeza los distingue, ya que suelen tener un aspecto más delgado.
De gota:
Este diseño emula la sutileza de una lágrima, tanto en su forma como en su tonalidad. Los pendientes en forma de lágrima se presentan en oro y plata, adornados con incrustaciones de diamantes, gemas preciosas o perlas. Brillan con esplendor junto a cualquier peinado nupcial, pues se encuentran disponibles en diversas dimensiones, desde pequeñas joyas hasta delicados cascabeles que acarician suavemente el mentón.
Con un diseño delicado y tamaño cautivador, los broqueles se caracterizan por ser pequeños e ir pegados a las orejas. Es habitual encontrarlos en una única joya, ya sea con el destello de un diamante o la suave esencia de una perla.
Largos:
Los aretes largos, tienen innumerables diseños que alimentan la imaginación con sus combinaciones de materiales, longitudes y formas. Al ser una joya para las novias, su esencia se funde en oro blanco o plata, engalanados con destellos de diamantes y la delicadeza de las perlas. Sus presentaciones clásicas nos cautivan con estilo lámpara y una sutileza minimalista, acompañadas por una cadena discreta que culmina en una perla radiante. Son perfectos para los vestidos de novia de corte princesa.
Pequeños:
Los aretes más pequeños, tienen un diseño discreto, donde florece la temática floral en tonalidades perladas, blancas o rosadas. Al igual que los broqueles, están pegados a la oreja, superando la modestia de los broqueles, y despliegan una encantadora variedad de formas y adornos.
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