Un comienzo inesperado.
-Conocí a Mario en un bar cercano a la oficina donde trabajaba, se que no es lo más original y mucho menos lo más romántico, sin embargo algo que sí puedo asegurar es lo real que fue. Cuando hablamos la primera vez, me perdí por completo en su charla, la manera en que me contaba su vida, sin miramiento alguno, simplemente me maravilló y lo sentí único.
Empezamos a coincidir la mayoría de los viernes en aquel bar, y me enamore tan intensamente que no puede evitarlo, incluso creo me obsesione un poco con él al principio. Soy una mujer que sabe esforzarse y decidí en verdad conocerlo y hacer que se interesará en mí… y así fue.
Sin embargo, lo que pudo ser desde el inicio algo maravilloso, se convirtió en una tortura emocional ya que en efecto él también se enamoró, pero Mario estaba en una relación, a pesar que sabía que no era lo apropiado no podía dejar de sentirme así.
Cada uno de mis amigos me decían que no siguiera adelante, que saldría lastimada y no era correcto intentar salir con alguien que ya tenía pareja. Algo de ello era muy cierto y es lo mucho que sufrí. El amor que nació entre nosotros era evidente a kilómetros, sin embargo a pesar de que continuamos viéndonos, lo nuestro era platónico, solo disfrutamos de vernos y sufríamos ante la atracción que sentíamos pero debido a su situación nunca nos atrevimos a dar un paso de más.
En una ocasión llegamos a su casa, juraba que encontraría muchas cosas de su pareja, sabía que prácticamente vivían juntos, pero no había rastro de su presencia. Me contó que prácticamente solo se veían en vacaciones o reuniones de amigos y familia, ya que por su trabajo, ella solía estar varios meses en el exterior.
A pesar del deseo nuestra relación era de los más inusual ya que por más fuerte que era nuestra atracción no pasaba nada. Hasta que él decidió romper con su pareja, habló con ella y le contó sobre mí y que sentía conmigo una conexión especial, y sin duda su relación era solo una amistad desde ya hace bastante tiempo, al principio ella no lo tomó de buena manera, sin embargo le deseó suerte pues en algo tenía mucha razón, Mario antes que nada era su mejor amigo y su felicidad era tan importante como la de ella, se despidieron e incluso aún son amigos.
Suena a cuento de hadas pero fue y se siente real, hemos empezado a vivir juntos, incluso con un gato como mascota y sí, tenemos miedo, yo en especial a veces me pregunto si no hicimos mal, pero con todas esas dudas y con el gran amor que tenemos, decidimos aventurarnos y creer en esto, llevamos dos años de una hermosa historia de amor y resiliencia
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